lunes, 24 de mayo de 2010

Entrant per la Diagonal i sortint per la tangent


La consulta de la Diagonal, pensada com una campanya d’autopromoció de l’alcalde Hereu de cara a les eleccions del proper any, ha costat la increïble quantitat de 3,17 milions d’euros; per que ens entenguem, més de 528 milions de pessetes. El resultat ha estat clamorós: es van emetre només 172.161 vots dels 1.414.783 ciutadans cridats a votar. Es a dir, cada vot emès ens ha costat 18,41.- euros. Sembla que la manca d’idees es suficient excusa per dilapidar sense escrúpols el pressupost municipal.


El diner emprat per fer la fracassada consulta, per la major glòria del nefast alcalde, hauria permès oferir 7.547 subsidis a famílies d’aturats barcelonins, quan la xifra de l’atur a Espanya supera ja el 20% de la població activa, amb el rècord de 4,6 milions d’aturats, la xifra més alta des de 1997 i amb un número de llars amb tots els seus membres en atur superior a 1,3 milions.


La resposta a tot aquest despropòsit, planificat i executat durant aquesta feroç crisi, ha estat una sortida per la tangent, defugint els veritables responsables. Ha consistit en centrar la responsabilitat únicament en el cessament del tinent d’alcalde Carles Martí, que no va tenir cap intervenció en tot el procés. Però una exigència seria i proporcionada de responsabilitat política hauria estat la dimissió de l’alcalde, del regidor d’Urbanisme i del regidor d’Acció Social per la seva coautoria per emparar una despesa inútil, insolidària i realitzada de forma descarada per “vestir” políticament un mandat municipal perdut, destinat a l’oblit. Tot sembla indicar que no es va treure cap lliçó del fiasco del Fòrum de les Cultures.


Les propostes llançades des de l’alcaldia per suplir la falta de carisma, missatge i idees d’un alcalde erràtic al final de seu mandat semblen ja el guió d’una delirant comèdia dels germans Marx. De la fracassada consulta ciutadana a la candidatura de les Olimpíades d’hivern el 2022 per a Barcelona, ciutat mediterrània, sense muntanyes alpines, sense neu, ni tradició d’esquí. Segurament no pot haver una idea més estúpida , llevat que vagi directament orquestrada d’una campanya institucional i mediàtica, que aleshores es pot convertir en una idea genial. En aquesta ocasió, l’alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ha empleat 400.000 euros per crear l’Oficina Tècnica Barcelona Pirineu 2022 i impulsar el nival projecte. Això si, amb viatge inclòs a Vancouver per ell i la seva comitiva d’assessors.


En aquest punt, és imprescindible vincular les actuacions polítiques amb la responsabilitat, inclús per ineptitud. Al igual que a una empresa privada –llevat que sigui de l’àmbit financer, segons sembla- si un alt directiu comet una actuació greument perjudicial se li obre un expedient disciplinari també s’ha d’exigir, d’una vegada per totes, responsabilitats legals als polítics pròdigs i que les seves actuacions siguin revisades pel Tribunal de Comptes. No és admissible que es pugui dilapidar el diner públic sense que passi res, fora de la pura i estricta crítica política. Doncs, pel contrari, sembla que els responsables últims de tots aquests daltabaixos siguem els ciutadans per haver escollit malament, a uns polítics incapaços, cínics i insolidaris.


En fi, a Barcelona, després de Clos i Hereu, ja només quedaran vuit plagues més per abastar les d’Egipte. Paciència, que tot arriba.


PS: Nota cinematogràfica. Si algú no compren que ha passat a Barcelona amb els dos últims alcaldes, els hi suggereixo que vegin la pel·lícula de Peter Sellers “Benvingut Mr. Chance”. Allà trobarà la clau.


Entrando por la Diagonal y saliendo por la tangente

La consulta de la Diagonal, pensada como una campaña de autopromoción del alcalde Hereu de cara a las elecciones del año próximo, ha costado la increíble cantidad de 3,17 millones de euros; para que nos entendamos, más de 528 millones de pesetas. El resultado ha sido clamoroso: se emitieron sólo 172.161 votos de los 1.414.783 ciudadanos llamados a votar. Es decir, cada voto emitido nos ha costado 18,41.- euros. Al parecer, la falta de ideas es suficiente excusa para dilapidar sin escrúpulos el presupuesto municipal.

El dinero empleado para hacer la fracasada consulta, para mayor gloria del nefasto alcalde, hubiera permitido ofrecer 7.547 subsidios a familias de desempleados barceloneses, cuando la cifra del paro en España supera ya el 20% de la población activa, con el récord de 4,6 millones de desempleados, la cifra más alta desde 1997 y un número de hogares con todos sus miembros en paro superior a 1,3 millones.

La respuesta a todo este despropósito, planificado y ejecutado durante esta feroz crisis, ha sido una salida por la tangente, rehuyendo los verdaderos responsable. Ha consistido en centrar la responsabilidad únicamente en el cese del teniente de alcalde Carles Martí, que no tuvo ninguna intervención en todo el proceso. Pero una exigencia seria y proporcionada de responsabilidad política hubiera sido la dimisión del alcalde, el concejal de Urbanismo y el concejal de Acción Social por su coautoría de amparar un gasto inútil, insolidario y realizado de forma descarada para “vestir” políticamente un mandato municipal perdido, destinado al olvido. Todo parece indicar que no supo sacar ninguna lección del fiasco del Forum de las Culturas.

Las propuestas lanzadas desde la alcaldía para suplir la falta de carisma, mensaje e ideas de un alcalde errático al final de su mandato parecen ya el guión de una delirante comedia de los hermanos Marx. De la fracasada consulta ciudadana a la candidatura de las Olimpiadas de invierno del 2022 para Barcelona, ciudad mediterránea, sin montañas alpinas, ni nieve, ni tradición de esquí. Seguramente no puede haber una idea más estúpida, salvo que vaya debidamente orquestada de una campaña institucional y mediática, que entonces puede llegar a convertirse en una idea genial. En esta ocasión, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ha empleado 400.000 euros para crear la Oficina Técnica Barcelona Pirineo 2022 e impulsar el níveo proyecto. Esto si, con viaje incluido a Vancouver para él y un séquito de asesores.

En este punto, es imprescindible vincular las actuaciones políticas con la responsabilidad, incluso por ineptitud. Al igual que en la empresa privada –salvo que sea del ámbito financiero, según parece- si un alto directivo comete una actuación gravemente perjudicial se le abre un expediente disciplinario también debe exigirse, de una vez por todas, responsabilidades legales a los políticos pródigos y que sus actuaciones sean revisadas por el Tribunal de Cuentas. No es admisible que se pueda dilapidar el dinero público sin que pase nada, salvo la pura y estricta crítica política. Pues, de lo contrario, parece que los responsables últimos de todos estos desaguisados seamos los ciudadanos por haber elegido mal, a unos políticos incapaces, cínicos e insolidarios.

En fin, a Barcelona, después de Clos y Hereu, ya sólo le quedarán ocho plagas más para alcanzar las de Egipto. Paciencia, que todo llega.

PS: Nota cinematográfica: Si alguien no entiende que ha ocurrido en Barcelona con los dos últimos alcaldes, les sugiero que vean la película de Peter Sellers “Bienvenido Mr. Chance”. Allí encontrará la clave.

domingo, 16 de mayo de 2010

La rotulación, la lengua y la dictadura



Josep Vicenç o J.V. Foix fue un excelente poeta catalán, conocido también por haber regentado una de las pastelerías de más renombre de la ciudad de Barcelona, la célebre Foix de Sarrià.

Durante toda su vida, se mantuvo fiel al doble oficio de escritor y pastelero, evitando su profesionalización en la escritura para tener su independencia y pureza de escritor, que también reivindicó su contemporáneo Eliot. Su imaginación de poeta también la volcó en su pastelería, bautizando con nombres ingeniosos a los nuevos postres que se elaboraban.

El advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera supuso la prohibición del uso público del catalán y, por tanto, de la rotulación de los establecimientos comerciales y de los carteles. Esta prohibición de la lengua catalana agudizó el ingenio del poeta quien la eludió buscando palabras que tuvieran igual enunciado en catalán que en castellano, utilizando mayúsculas para evitar los acentos. De tal modo, que su pastelería se rotulaba en catalán del modo siguiente: BOMBONERIA SELECTA, PASTA SECA SUPERIOR, POSTRES DEL PAIS. Evidentemente, indistinguible de la rotulación castellana. La inteligencia y la sutileza habían ganado una vez más la partida a la dictadura.

Y, así, con la llegada de la dictadura de Franco no se vio obligado a cambiar la rotulación, que cumplía con el designio monolingüe de la oficialidad. Ya en democracia, J.V. Foix contaba con orgullo que siempre había visto rotulado su establecimiento en catalán y que, en las dos dictaduras, había burlado la persecución del uso público de su lengua.

Efectivamente, éste fue el trato de las dictaduras a la lengua: la prohibición y su persecución. Por que es la libertad del ciudadano, la libertad verdadera que nace de la decisión íntima y espontánea, a utilizar cualquier lengua lo que define el carácter democrático o no de una sociedad.

Pero, ¿se imaginan ustedes que se llegase a prohibir el uso de una lengua en un Estado constitucionalmente democrático? O incluso, ¿que se llegara a perseguir con multas el uso de una lengua bajo cualquier pretexto? Y si esto pasara, ¿deberíamos equiparar dicha actuación de las autoridades con un comportamiento propio de una dictadura, como pasó antaño?

En nuestra sociedad, debería haber una reflexión profunda sobre la libertad, la democracia y el uso de las lenguas, donde los comportamientos y no la enunciación de principios son lo que hacen una sociedad real y profundamente democrática.

Y sólo la libertad de cada uno de nosotros en el uso de la lengua hará que podamos definir a nuestra sociedad como una democracia real y no meramente formal.


La retolació, la llengua i la dictadura

Josep Vicenç o J.V. Foix va ser un excel·lent poeta català, conegut també per haver regentat una de les pastisseries de més renom de la ciutat de Barcelona, la cèlebre Foix de Sarrià.

Durant la seva vida, es va mantenir fidel al doble ofici d’escriptor i pastisser, evitant la professionalització en l’escriptura per tenir la seva independència i puresa d’escriptor, que també va reivindicar el seu contemporani Eliot. La seva imaginació de poeta també la va bolcar a la pastisseria, batejant amb noms enginyosos les noves postres que elaboraven.

L’adveniment de la dictadura de Primo de Rivera va suposar la prohibició de l’ús públic del català i, per tant, de la retolació dels establiments comercials i dels cartells. Aquesta prohibició de la llengua catalana aguditzar l’enginy del poeta que la va eludir buscant paraules que tinguessin el mateix enunciat en català que en castellà, usant majúscules per evitar els accents. De tal forma que la seva es retolava en català del mode següent: BOMBONERIA SELECTA, PASTA SECA SUPERIOR, POSTRES DEL PAIS. Evidentment, indistingible de la retolació castellana. La intel·ligència i la subtilesa havien guanyat una vegada més la partida a la dictadura.

I, així, amb l’arribada de la dictadura de Franco no es va veure obligat a canviar la retolació, que complia amb el designi monolingüe de l’oficialitat. Ja en democràcia, J.V. Foix explicava amb orgull que sempre havia vist retolat el seu establiment en català i que, en les dos dictadures, havia burlat la persecució de l’ús públic de la seva llengua.

Efectivament, aquest va ser el tracte de les dictadures a la llengua: la prohibició i la seva persecució. Per que és la llibertat del ciutadà, la llibertat verdadera que neix de la decisió íntima i espontània, a utilitzar qualsevol llengua el que defineixi el caràcter democràtic o no d’una societat.

Però ¿S’imaginen vostès que s’arribés a prohibir l’ús d’una llengua en un Estat constitucionalment democràtic? O inclusiu ¿Que s’arribés a perseguir amb multes l’ús d’una llengua sota qualsevol pretext? I si això passés ¿Tindríem que equipar aquesta actuació de les autoritats amb un comportament propi d’una dictadura, com va passar?.

A la nostra societat, tindria que haver una reflexió profunda sobre la llibertat, la democràcia i l’ús de les llengües, on els comportaments i no l’enunciació de principis són el que fan una societat real i profundament democràtica.

I només la llibertat de cada un de nosaltres en l’ús de la llengua farà que podem definir a la nostra societat com una democràcia real i no merament formal.

sábado, 8 de mayo de 2010

El somni d'Ícar, amb els nostres impostos

La darrera aventura de la Generalitat ha estat tenir una companyia catalana de bandera, Spanair.

La Generalitat ha comprat Spanair, mitjançant una societat semipública anomenada “Iniciatives Empresarials Aeronàutiques”, que l’any 2009 ja va tenir pèrdues per 100 milions d’euros i hi ha la previsió de pèrdues de 30 milions d’euros aquest any. Tanmateix, la Generalitat li ha fet un préstec de 40 milions i les caixes catalanes -una altra vegada les caixes al servei del poder polític- han sindicat un préstec a favor de la companyia.

L’entrada de capital públic a Spanair és una actuació en contra de lògica del mercat, que es realitza quan tots els Estats ja han privatitzat les seves companyies aèries. I que això es faci en un moment de greu crisi econòmica, posa de manifest la frivolitat i manca de criteri econòmic dels responsables de la Generalitat, que no dubten en entrar en el mercat aeronàutic amb una petita companyia aèria en un sector que està en plena fase de fusions i reestructuracions, únicament amb l’objectiu de tenir una companyia de bandera, encara que sigui d’estar per casa.

El mercat aeronàutic ja disposa d’oferta suficient que autoregula oferta i demanda. La presència pública de la Generalitat serà incapaç de dinamitzar l’economia catalana, excusa per fer aquesta despesa multimilionària.

Esperem que la crisi no acabi fonent les ales d’aquesta companyia, com el somni d’Ícar, i que novament acabem posant més diners públics per refinançar els deutes d’aquesta companyia o per pagar indemnitzacions milionàries de les clàusules de blindatge dels directius-amics, sense cap exigència de responsabilitat ni legal ni política.

Empreses públiques fòra del control institucional del Síndic de comptes i del Parlament; en definitiva de la ciutadania, que amb els seus impostos sostenim aquest “somni” de megalomania del govern Montilla.

UPyD ja ha posat xifres del malbaratament de recursos destinats únicament a suportar un estat autonòmic hipertrofiat, redundant i ineficaç on es distreuen recursos per atendre despeses de sosteniment del immens muntatge institucional autonòmic.

I a Catalunya, això s’ha vist incrementat amb la voluntat de crear un sistema institucional paraestatal amb la creació de organismes, entitats i empreses publiques absolutament innecessàris.

Quin luxe!


El sueño de Ícaro, con nuestros impuestos

La última aventura de la Generalidad ha sido tener una compañía de bandera catalana, Spanair.

La Generalitat ha comprado Spanair, mediante una sociedad semipública llamada “Iniciatives Empresarials Aeronàutiques”, que durante el año 2009 tuvo pérdidas de 100 millones de euros y hay la previsión de pérdidas para este año de 30 millones de euros. La Generalidad, también, le ha hecho un préstamo de 40 millones y las cajas catalanas –otra vez, las cajas al servicio del poder político- han sindicado un préstamo a favor de la compañía.

La entrada de capital público en Spanair es una actuación en contra de la lógica del mercado, que se realiza cuando los todos los Estados han privatizado sus compañías aéreas. Y que esto se haga en un momento de grave crisis económica, pone de manifiesto la frivolidad y la falta de criterio económico de los responsables de la Generalidad, que no dudan a entrar en el mercado aeronáutico con una pequeña compañía aérea en un sector en plena fase de fusiones y reestructuraciones, únicamente con el objetivo de tener una compañía de bandera, aunque sea de estar por casa.

El mercado aeronáutico ya dispone de oferta suficiente y que autorregula oferta y demanda, donde la presencia de la Generalidad será incapaz de dinamizar la economía catalana, excusa para hacer este gasto multimillonario.

Esperemos que la crisis no acabe fundiendo las alas de esta compañía, como en el sueño de Ícaro, y que nuevamente acabemos poniendo más dinero público para refinanciar las deudas de esta compañía o para pagar las cláusulas de blindaje de los directivos-amigos con las indemnizaciones millonarias, sin ninguna exigencia de responsabilidad legal ni política.

Empresas públicas fuera del control institucional del Síndico de Cuentas y del Parlamento, en definitiva de la ciudadanía, que con nuestros impuestos sostenemos este “sueño” de megalomanía del gobierno Montilla.

UPyD ya ha puesto cifras del despilfarro de recursos destinados únicamente a soportar un estado autonómico hipertrofiado, redundante e ineficaz donde se distraen recursos para atender sólo gastos de sostenimiento del inmenso montaje institucional autonómico.

En Cataluña, esto se ha visto incrementado con la voluntad de crear un sistema institucional paraestatal con la creación de organismos, entidades y empresas públicas absolutamente innecesarios.

Que lujo!