La falta de escrúpulos de Zapatero nos ha llevado a una de las crisis económicas más graves que ha sufrido España. No se trata de una crisis meramente coyuntural, como él no se cansa de repetir, sino que ha barrido con las bases económicas del país: una crisis financiera, una crisis fiscal, una crisis bancaria, una crisis presupuestaria; en definitiva, una crisis de modelo económico.
Su negacionismo de la crisis ha sido una nueva demostración del cinismo que ha venido aplicando durante los últimos años en su política económica y fiscal. Cualquier cosa le ha valido mientras sirviera para ganar elecciones, aunque haya dejado el país hecho un solar.
La falta de adopción de medidas por parte de Zapatero, esperando que escampase la crisis gracias al empuje del resto de las economías europeas, ha hecho que los organismos y mandatarios internacionales hayan tomando consciencia de la gravedad de la situación en España.
Pero la situación ha llegado a un punto de no retorno de modo que el gobierno Zapatero ha tenido que ser intervenido por el FMI, por el ECOFIN, por Ángela Merkel y por Barack Obama. El Real Decreto de medidas para la reducción del déficit ha sido la muestra más evidente; no ha sido un parto natural – resultado lógico del estudio y reflexión del equipo económico del gobierno Zapatero-, sino que ha sido un parto provocado “in extremis” mediante fórceps, teniendo como comadronas a Ángela Mérkel y Barack Obama, el ECOFIN y el FMI, quienes ante la inactividad han acabado imponiendo el contenido y el momento.
Quedó pendiente la reforma del mercado de trabajo que también ha entrado en el mismo proceso de hacer ver que se negocia, como ya se hizo antes en las reuniones del Palacio de Zurbano, para tener que acabar imponiendo una normativa que le viene dada desde la superioridad internacional. Buena prueba de ello es que ni siquiera se sabe a ciencia cierta qué propone el ministro Corbacho, ministro silente durante todo su mandato, si es que realmente propone algo.
Al igual que para las Cajas de Ahorro se habla de fusiones frías, debemos hablar en el caso de España de una intervención fría, que se ha realizado por los actores económicos internacionales sin que llegue a visualizarse la imposición de las medidas, para no comprometer el poco prestigio internacional que le queda a España; a diferencia de
Por eso, durante estos días, ha estado sonando de fondo la banda sonora de este disparatado proceso, teniendo como intérprete al propio Presidente del Gobierno:
El FMI, el ECOFIN, Merkel y Obama
me quieren gobernar
Y yo le sigo, les sigo, la corriente
porque no quiero que diga la gente
que el FMI, el ECOFIN, Merkel y Obama
Me quieren gobernar!
¿Porqué?
Me quieren gobernar